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lunes, 23 de octubre de 2017

Pan de calabaza


Un "¿qué piensas?" se vuelve mecha cuando se tienen ganas de escribir. Y el fuego ―que camina conmigo― no tiene más remedio que arder porque es su naturaleza hacerlo. En mi pensamiento, calabazas y eternos retornos. Me gustan Halloween y sus monstruos y las fiestas de muertos de aquí y allá. Y me gusta octubre, es más otoño y menos maldito que septiembre, ese mes de principios y finales, a medio camino entre la belleza y el horror, en el que se me ocurrió nacer. Octubre es de monstruos y es naranja, octubre es el otoño que yo soy.

Y estos días vuelven los que se fueron y bailan extrañas danzas de muertos vivientes y yo, acostumbrada a dejarme llevar por los fantasmas, les doy la mano, sigo sus pasos sonriendo y les doy un beso furtivo en los labios, porque me hace feliz saber que siguen siendo de alguna manera.

Madrugada de olor a pan recién hecho y té dulce de vainilla y caramelo. Quiero una calabaza. Pienso en hacer pan de calabaza. Tengo ganas de escribir.

*Este texto no es nuevo, Facebook me recordó que lo publiqué un día parecido a este de hace un año. Es una muestra de eterno retorno que me apetecía compartir. Como me apetece compartir esta canción, que no tiene nada que ver con el texto, pero que llevo un par de días sin sacarme de la cabeza. Y es que a veces la vida gira en bucle en una canción o se detiene en la mirada de un replicante, capaz de sentir, reflejado al otro lado del espejo.


*Por cierto, he escrito un cuentecillo de Halloween como colaboración en la web de Caosfera. Podéis leerlo en este enlace: 

lunes, 31 de octubre de 2016

Muerte en Halloween

Foto Mar Goizueta

No hay ley de vida más terrible y cierta que la que habla del morir: si se vive, se muere.
La gata me mira de frente, de igual a igual. Es blanca, naranja y tiene un parche negro en el ojo. Una hermosa gata pirata, despiadada y terrible que durante la noche me ha dejado un regalo en el jardín, un tenebroso obsequio de Halloween. Y no es una gata cualquiera, es una gata que invade mundos ajenos y tiene alma de artista, una escultora de cadáveres a los que busca un podio adecuado. Sobre un tronco podado del albaricoquero, se derraman los restos de una paloma: entrañas rojas bordeadas de alas en alto, recogiendo la carne aún fresca. No hay cabeza y las moscas se revuelcan en un festín macabro formando parte de una composición a la que, a pesar de su naturaleza, no le puedo negar cierta belleza. Está en alto, tanto que apenas puedo llegar sin encaramarme al columpio cercano, lo suficientemente elevada para pasar desapercibida a quién no mira al cielo, pero la gata, astuta, quiso asegurarse de que su obra fuese hallada y dejó pistas en el suelo, una hermosa composición de plumas blancas sobre hojas de níspero y hierba.
Hace un rato ha regresado al jardín para preguntarme con los ojos si había recogido el regalo. En silencio, le he dicho que lo he recogido a mi manera.
Hoy es Halloween y quizás no es mal día para morir convertida en arte.
Hoy es Halloween y una gata artista me ha regalado un cuento y unas fotos terribles con cierta belleza siniestra.

* Os he ahorrado la foto sensible, pero la podéis ver aquí

viernes, 31 de octubre de 2014

En ocasiones, el Monstruo acecha

The monster in the mirror. Abby Kroke
The monster in the mirror, de Abby Kroke



Monsters are real, and ghosts are real too. They live inside us, and sometimes, they win. 
Stephen King


En ocasiones, el Monstruo acecha.

Me mira desde dentro y se ríe
mientras hurga en las rendijas del tiempo con dedos larguísimos y las uñas sucias de recuerdos.
Trae restos de amor y miedo entre esos dientes,
                                que mordieron despiadados los trozos de algún futuro 
                                                                                                             abortado.  

Y aún tiene hambre...

hambre de más deseos.

Es sabio y malicioso y conoce mis debilidades,
mis odios,
mis placeres,
y mis dolores

Por eso, muerde fuerte,
                            escondido en el interior de mi piel solitaria,
clavando los colmillos en la transparente imagen de tu yo ausente
                                                                                        que guardo ahí, junto al corazón,
protegida por una armadura de costillas y músculos palpitantes,

instándome a buscarte.

Miro al espejo y ahí está,
sonriendo con las encías descubiertas.

Hace un gesto obsceno con las manos,
saca una lengua enferma de lascivia y palabras
y se relame saboreando mi miedo al vacío,
mi saber que yo, en el fondo, también soy él,

que cuando se me consuman la poesía y la cordura,
seré yo quien asome desde dentro de su cuerpo deforme.


............................................................................................................................................................

Y cuando yo duermo, él sigue despierto, y se ríe apretando mucho los dientes, para que no me olvide de que existe.


      Elijo Canción de amor y muerte de Iván Ferreiro como banda sonora, que es preciosa como pocas.


Y yo seguiré aquí a tu lado 
a pesar de lo raro 
que sea nuestro amor este amor 
...
Es un cuento 
y lamento 
que no haya un final de momento 
Y lo intento todo el tiempo 
que no haya un final de momento


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