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domingo, 4 de febrero de 2018

El oso y yo


El oso y yo no nos miramos, aunque queramos hacerlo. Nos perturba la posibilidad de averiguar quién es real y quién es producto de la imaginación del otro. O si ninguno de los dos existe.

Las noches que oscilan entre el insomnio y los viajes a ese otro lugar alimentan a los monstruos, que crecen y se vuelven consistentes entre canciones que arrastran belleza y lágrimas. La imaginación puede a la razón, las palabras coherentes se extinguen y las barreras de la lógica se difuminan. El destino es un traidor que juega con todos nosotros, un maldito traidor de dientes afilados, una bestia caprichosa que disfruta manejando nuestros hilos, un loco que a veces parece ser amable y al instante siguiente se recrea en el caos que crea con apenas un soplido.

Hay días que me hace falta pisar con fuerza un mundo y, sin poder evitarlo, mis pies bailan en otro. Días que no sé bien quién soy o si en realidad no soy y me difuminaré en la nada cuando alguien abra los ojos. Como el oso.


miércoles, 6 de abril de 2016

Limbo

Levitación

Cultivo con esmero ojeras de llanto almacenado,
agua podrida infectando el marco de mis ojos tristes,
anegados de frío y sinrazón
Nada es tan inquietante como la tibieza terrible del limbo.
La felicidad y la infelicidad suspendidas en el mismo instante y lugar,
encrucijada maldita entre el todo y la nada, el dolor y el éxtasis, el amor y el vacío.
Hoy dueles con sutileza de herida antigua,
aunque palpitas en mi tiempo de ahora,
comedido, como el protagonista de un amor ya viejo.
Rechazo con violencia las ganas de buscarme,
al escuchar ecos de los tiempos de la huida,
ahogo al monstruo que pide vida,
me odio por convertirme en lo que niego.


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lunes, 24 de agosto de 2015

En mi silencio baila una grulla de papel


En mi silencio hay una jaula en la que baila un deseo convertido en grulla de papel.

También hay maletas viejas preparadas para mis viajes a mundos fantasiosos, un telescopio capaz de localizar galaxias inventadas, una estufa antigua convertida en antena receptora de mensajes interestelares, planetas orbitando y aullidos proyectados a una Luna de maíz.

En las estanterías de mi silencio, mis recuerdos son de papel y celuloide y construyo escenas de películas con objetos absurdos y delirantes.

En mi silencio, hay un rincón cerca de donde se sentaba mi infancia en el que guardo mi corazón de piedra tras bellas filigranas de metal, para que no vuele erráticamente y llegue a lugares que no debería visitar.

Mi silencio se encuentra cobijado dentro del jardín burbuja y lo custodian dos mujeres escondidas en lienzos. En uno de ellos, pese a ser una copia, vive el alma de la modelo que lo hizo posible. Ella vino a buscarme desde más allá del Tiempo lógico para contarme su sospecha de que tal vez yo fui ella alguna vez. Desde entonces, hablamos mucho sobre nuestro presente y pasado compartidos. El otro lo habita una mujer enigmática que es una alegoría de mí misma vista a través de un filtro de amor y que tiene la eterna misión de recordarme la mujer que fui y la que es posible que siga siendo. Ella es silenciosa y distante, pero su mirada de Gioconda lo dice todo si sabes leer sus pupilas.

Mi silencio se rompe con el tictac de un reloj blando cuyos segundos, derretidos, gotean con precisión sobre mi cabeza y con el sonido enmudecido del despertador que inauguró muchos días alegres cargados de futuro e ilusiones y ahora permanece callado, esperando el día que mi felicidad regrese y le de cuerda.

En las paredes de mi silencio, viven sombras sin cuerpo. Suaves, silenciosas y amables, me cuentan historias de otros mundos y acompañan mis soledades. Son prolongaciones de mí misma, como lo es mi silencio.

Mi silencio es cálido y fresco, huele a plantas aromáticas y agua y siempre está lleno de luz gracias a una ventana que dejo abierta para que me susurre el viento con voz de lobo y puedan entrar a acunarme por la noche los ecos de recuerdos de noches anheladas.

En mi silencio, trazo planes secretos, vivo sueños e invento historias que a veces te cuento y a veces no.

* Si quieres ver a mi grulla moverse, puedes hacerlo en mi instagram
* Aquí puedes saber más cosas sobre una de las dos mujeres que viven en mis cuadros: La mujer del cuadro

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#Grulla #Origami#Papiroflexia #Jaula #Vintage
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