viernes, 18 de julio de 2014

Vi. La historia de la Dama Iguana

La Dama de la Iguana
Nunca quise ver más allá de lo que mi vista alcanzara, pero vi.

Tampoco quise nunca ser más de lo que una existencia vulgar me permitiera ser, pero lo fui.

Por eso ahora soy la iguana que adora el Sol pero vive pegada a una bombilla en un mundo de cristal.

No siempre fue así. Tuve la oportunidad de irme y huí.

Escapé envuelta en el terror ancestral de aquel al que hiere su propia existencia y llegué a una tierra donde, al anochecer, los molinos en la lejanía confieren a las cimas de los montes un aspecto sepulcral, recortándose a la luz de la Luna como oníricas lápidas blancas y aspadas.

Miles de pequeñas barcas conducen a los marineros allende la Laguna Estigia de la Ría. Algunos son listos y saben sobornar a Caronte con buen viño do país. A otros se les olvida y entonces sus mujeres se transforman en estatuas de piedra que esperan hasta el fin de sus días la llegada del hombre que se les fue.

Allí, disfrazada de brumas, vi cruzar la playa a un perro de Goya. Mientras tanto, el mar sonaba. Sonaba a olas, a barcas, a gaviotas y a sal. Entonces, escondido tras todos esos sonidos, escuché el latido hipnótico de la Tierra y ya nada fue igual.

Ajena a mi cambio, la vida continuaba. Ajena a la vida, yo me balanceaba al son del fuego líquido de la Tierra.

Llegó la noche y con ella el frío y para no sentirlo me volví arena.

Y tras la noche, llegó el día y quise ser pez sabio. Arranqué las ropas que cubrían mi cuerpo y desnuda sentí el agua inundar mi alma.

Vi ojos que me miraban, pero estaban lejos, ocultos por una cortina de irrealidad y los creí sueños.

Lloré toda mi vida anterior. No existía más luz que la del Sol, ni más alegría que el canto de la Naturaleza y decidí no volver jamás.

Quise volar, pero no tenía alas. Quise ser fuego que arrasase mi ser para no ser nada.

Manos ocultas en la irrealidad me tocaban.

Sentí que aquellas manos sin cuerpo me arrastraban.

Y ya no hubo más mar, ni cielo, ni fuego.

Todo es blanco ahora y mi Sol es una desnuda bombilla en el techo.

Yo les grito que la Tierra canta.

Ellos no me creen y sigo siendo la iguana que adora el Sol.

Mientras no mienta, lo seré.


Radio Futura con La Secta del Mar le pone música a mi cuento de hoy



Donde el océano empieza a hacerse blanco 
Hay una isla 
Pocos han llegado allí 
La noche es más profunda que el mar 

Una sirena en la gruta mayor 
Guarda el secreto de mi amor 

Una vez al año ponemos 
Cargamentos de esmeraldas a sus pies 
Se oye el eco de su risa 
Y su voz se enreda como sus cabellos 

Jamas creí poder soñar 
Por eso estoy en la secta del mar 

El misterio de sus ojos 
En los viajes es mi compañía 
Y la alegría al conseguir esmeraldas 
Es como sentir de cerca su mirada 

Jamas creí poder soñar 
Por eso estoy en la secta del mar

* El cuadro es una alegoría de mi misma, un precioso regalo que me hizo un amigo.

jueves, 17 de julio de 2014

Lejos de las leyes de los hombres

Bisonte Cueva de Altamira en Santillana del Mar
Bisonte hembra. Cueva de Altamira. Santillana del Mar
Al principio de los tiempos, observaba a los bisontes antes de atraparlos en abrigos de piedra y sangraba manos y sexos de ocre y magia en las paredes. Los hombres me veneraban. Ese es mi primer recuerdo.

Después pasaron tiempos eternos, los dioses repartieron sus deseos y caprichos por el mundo, cambiaron los hombres, cambiaron los pensamientos, llegaron el hierro, los barcos y el dinero y su codicia. Yo me escondí en los bosques inhabitados, asomándome de vez en cuando para ver transcurrir la historia.

Salí de los límites de la noche para preguntar al Oráculo de Delfos por qué siempre me cogías de la mano en sueños, si aún no sabía quién eras ni como olía tu piel. Pitonisa, en silencio, me enseñó un espejo en el que vi reflejado el infinito. Creí entender y me fui a esperar que aparecieras.

Los hombres volvieron a cambiar. Esta vez ellos fueron de hierro y acero, la guerra se fue haciendo más grande y también los palacios, los castillos, las ambiciones y las fronteras. Los hombres mataron a los dioses pasionales, pervirtieron las ideas del dios solitario y aburrido y le hicieron crecer para luego intentar alcanzar su reino con catedrales que arañaban el cielo. Viajé por todos los territorios, vi otros dioses antiguos asesinados y vi aparecer dioses nuevos nacidos, ya sin vida, de manos humanas. Mientras, esperaba y observaba, escondida entre las gárgolas, aquel mundo que cada vez me era más ajeno.

Los bosques empequeñecían por momentos. La guerra ya no era guerra, era exterminio. Todo moría a mi alrededor. Los hombres atraparon el mundo en pequeños artefactos y contaron que habían llegado a la Luna, pero ella ni confirmaba ni desmentía, mantenía su sonrisa impasible, irónica. Más tarde sí llegaron, mancillaron las estrellas con su presencia, despertaron a los dioses que allí vivían y ellos comenzaron su lento viaje hasta nuestro planeta para poner orden.

Y ocurrió que un día te encontré fuera de los sueños y no supe que hacer. Inquieta, alteré el transcurrir de los tiempos, las mareas, las lluvias y las estaciones. Bailé la sensual danza de la serpiente, capaz de hacer surgir mundos y pasiones y te llevé a nadar al estanque del que nacen todos los deseos. Tú tenías un pasado, yo tenía mil pasados. Me sentí cada vez más pequeña y más frágil y me di cuenta de que me había vuelto mortal. Entonces, me cogiste de la mano, como en mis sueños, y me sentí más viva que nunca cuando me llevaste, por fin, a pasear por tu vida.

Obviamente, no podía haber mejor canción para hoy que Lejos de las leyes de los hombres de El Último de la Fila, que siempre me ha gustado mucho.


Yo he visto las maravillas de la creación 
sin ni tan siquiera abrir los ojos. 
Y tu siempre has estado a mi lado, 
a miles de kilómetros o entre mis brazos. 

Te amo como se ama por primera vez, 
cuando aún no hay constumbres. 
Lejos de las leyes de los hombres, 
donde se diluye el horizonte. 

He visto el paraíso y el infierno 
sin ni tan siquiera abrir los ojos, 
y tu siempre has estado a mi lado, 
a miles de kilómetros o entre mis brazos. 

Te amo como se ama por primera vez 
cuando aún no hay costumbres. 
Lejos de las leyes de los hombres 
donde se diluye el horizonte

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martes, 15 de julio de 2014

A veces me gustaría ser física para entender el tiempo

Big Bang Theory La Máquina del Tiempo
Escena de Big Bang Theory con La Máquina del Tiempo
A veces me gustaría ser física para entender el tiempo. Y por eso, para jugar con el tiempo, hoy escribo en rigurosísimo presente, según lo pienso os cuento lo que me ronda por la cabeza, en un intento de abstraerme del pasado y del futuro, como si estuviese dentro de una campana de cristal de las que se usan para aislar los experimentos del medio ambiente. Esto, obviamente, no es posible hacerlo. Si en realidad el tiempo existe, correrá por mucho que me empeñe en pararlo, si no existe, no se puede guardar lo que no es, si es circular, realmente no tendrá ninguna importancia todo esto y si retorna eternamente, en su volver a ocurrir habrá un momento en el que aún no lo haya aislado y por tanto será libre. Y aun así, lo intento. Es parecido a empeñarse en resolver un juego paradójico, un puzle sin solución, una de esas ecuaciones que los matemáticos intentan una y otra vez despejar. Intentar comprenderlo es un juego irresistible para la mente, el mejor de los rompecabezas.

Siempre me ha gustado mucho la Antropología y creo que el conocer características de otras culturas hace que se abra la visión acerca de la realidad. A veces pienso que en el fondo nuestro mundo no es más que una creación nuestra y somos nosotros los que lo construimos formulando teorías o definiendo términos de forma más o menos exhaustiva en función de nuestras capacidades. Es fácil pasar por alto lo que no estamos predispuestos a ver porque ignoramos su existencia o porque no queremos admitirla, ya se sabe que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Por ejemplo, para un pintor existen muchísimos más colores que para el que no lo es, puede que sea porque tiene la capacidad de distinguir mejor los tonos o porque esté acostumbrado a analizarlos minuciosamente o, en el mejor de los casos, por ambos motivos. Con la música pasa lo mismo, un músico o un melómano distinguen miles de matices más que el resto de la gente. Sí, creo en las capacidades innatas para las distintas Artes, también creo que pueden aprenderse las técnicas, pero con la genialidad, duende o como se quiera llamar, se nace, aunque el que se potencie o no dependa de la historia personal. Volviendo al tema del tiempo, no en todas las culturas ni en todas las épocas se ha entendido de la misma manera. Básicamente y abstrayéndonos de la multitud de teorías en torno a esto, hay dos formas de concebir el tiempo: lineal y circular. La lineal es la nuestra, pasado, presente y futuro, un transcurrir de la vida que puede llevar por caminos muy diversos, no todo está predeterminado. La circular es cíclica, suele ser propia de sociedades primitivas por estar muy ligadas a los ciclos de la Naturaleza, el tiempo no tiene demasiada importancia, viene definido por las estaciones, la vida es un continuo hacer lo mismo en ciclos. Luego está la Teoría del Eterno Retorno, que para no ponerme pesada ni entrar en temas filosóficos, resumiré con un ejemplo por todos conocidos, La Historia Interminable. Hay mucho más en torno a esto, pero a mí me resulta especialmente fascinante una tribu que vive al margen del tiempo, los amazónicos Amondawa. Son tan especiales que no tienen tiempo porque no tienen términos para definirlo o no tienen términos para definirlo porque no conciben el tiempo, según se mire, es como lo del huevo y la gallina. Parece ser que no entienden el tiempo como algo ajeno a lo que en él ocurre, son los eventos y su orden los que conforman una trayectoria temporal sin nombre. ¿Y qué me decís de las últimas teorías planteadas por los físicos? Cada vez parece más real entender como posibles los viajes en el tiempo, aunque sea de átomos o partículas. Como decía al principio de este texto, a veces me gustaría ser física para entender el tiempo. También me gustaría ser etérea para nadar entre dimensiones, si se me permite el juego de palabras.

Lo que si está claro es que, digan lo que digan los sabios, el tiempo es inconsistente, escurridizo, blando como el blandiblú y elástico como una goma ¿Cómo se explica si no que a veces los minutos sean eternos y otras apenas nos de tiempo a apreciarlos?

No podía faltar si se habla del tiempo en este blog este fragmento de "A través del espejo y lo que Alicia encontró allí" de Lewis Carroll
-Pero ¿cómo? ¡Si parece que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que antes!
-¡Pues claro que sí! -convino la Reina-. Y ¿cómo si no?
-Bueno, lo que es en mi país -aclaró Alicia, jadeando aún bastante- cuando se corre tan rápido como lo hemos estado haciendo y durante algún tiempo, se suele llegar a alguna otra parte...
-¡Un país bastante lento! -replicó la Reina-. Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido.
Creo que es el momento de releer la “Historia de la Eternidad”del maestro Borges.

Perdonad los posibles errores en las explicaciones, la culpa es del afán de presente y de la ignorancia en cuanto a algunos temas que apenas puedo esbozar pero no me resisto a pensar

Y la canción de hoy tiene que ser sí o sí "Never Ending Story" de Limahl


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domingo, 13 de julio de 2014

Frida Khalo, la mujer rota

La columna rota Frida Kahlo 1944
La columna rota. Frida Kahlo, 1944
Mujer rota, imagen de ruina y desolación, engrandecida por su afán de afearse, perdida en un árido paisaje de soledad. San Sebastián femenino torturado por las flechas de su propia enfermedad. Mujer de cuerpo roto, mártir, prisionera de sus circunstancias crueles. Mujer pequeña inmensamente fuerte defendiendo sus ideas. Mujer infinitamente amada y amante de su eterno amor Diego Rivera. Mujer llena de vida atrapada en un corsé que limita su mundo.

Así es Frida Khalo y así se retrata a sí misma en este cuadro en que se pinta casi como una mujer edificio compuesta de carne, piedra y corsé.

Frida Kahlo fue una mujer emblemática en muchos aspectos, como pintora por su indiscutible personalidad pero también como mujer que se adelantó a su tiempo, atreviéndose a defender sus opiniones políticas y vitales.

Tuvo una vida difícil marcada por la mala salud. A los seis años enfermó de poliomielitis y en lugar de retraerse al afectar el brote de la enfermedad a su pierna, se dedicó a practicar todo tipo de deportes, desafiando a la sociedad de la época que no veía con buenos ojos que una jovencita jugase al fútbol, practicase boxeo, lucha y natación.

Años más tarde, tuvo un gravísimo accidente que marcó el resto de su existencia. Un tranvía colisionó con el autobús en que viajaba provocándole terribles daños que le dejarían secuelas de por vida. El fuerte impacto transformó a Frida en una muñeca rota en mitad de la calle con la columna quebrada por tres sitios además de fracturas en la clavícula, las costillas y la pierna y el pie derechos. También en ese momento se quebró algo más, su posibilidad de ser madre. Una barra del pasamanos le atravesó la pelvis, convirtiendo en abortos todos sus futuros intentos de darle un hijo a su amado Rivera. Ese día desgraciado hizo que tuviese que ser intervenida más de treinta veces a lo largo de su corta vida, que pasase largas temporadas enfundada en rígidos corsés y que sufriese continuos dolores.

El tiempo que tuvo que permanecer casi sin moverse en los meses siguientes al accidente, durante los cuales descubrieron en una revisión la fractura de su columna, fue lo que la llevó a comenzar a pintar como una forma de evadirse del tedio y también de ampliar sus horizontes más allá de la habitación en la que reposaba.

Frida es un ejemplo de superación para todos aquellos cuya salud limita su vida, porque ella nunca dejó que su mal fuese más fuerte que ella y hasta el último momento luchó por vencerlo. De su desgracia surgió la maestría de su arte y de sus debilidades hacía bandera, manejándolas a su antojo a través de su pincel. Esta obra, titulada “La columna rota”, que pintó en 1944 es el vivo testimonio de su sentir. Se autorretrata erguida, con la mirada desafiante y firme, aunque el rostro inundado de lágrimas deje translucir su intensa tristeza. Pinta su cuerpo algo más fuerte de lo que en realidad era, pero lo representa abierto en canal para que veamos la verdadera causa de su tragedia, esa columna rota que, como si fuese una ruina antigua, apenas puede sostener la estructura del edificio. El paño blanco y los clavos que atraviesan su cuerpo son representaciones de su intenso dolor que la convierte en mártir y recuerdan mucho a la figura de San Sebastián de la iconografía cristiana, a pesar de que Frida mantenía una postura más bien anticlerical, sin por ello renunciar a su herencia cultural ni a las creencias de su pueblo, que utilizaba para representar sus sentimientos en cada momento.

La figura partida en dos se prolonga en los surcos del paisaje que la acoge, un entorno de cielo oscuro y tierras áridas, resecas y agrietadas como su alma herida. De este modo, Frida nos recuerda que su dolor físico tiene reflejo también en su corazón que, aunque nunca se de por vencido, a veces le cuesta asumir tanta desgracia, sobre todo cuando está sazonada por las infidelidades de su idolatrado Rivera, al que, a pesar de todo cuanto le hizo sufrir, nunca dejó de amar obsesivamente.

Magdalena Carmen Frieda Kahlo Calderón, nacida en 1907 y muerta poco después de cumplir los cuarenta y siete años, a pesar de todos sus problemas vivió durante su existencia un torbellino de emociones, de amores, de ideales y de fuerza. Hubo un momento en que, tras la amputación de su pierna, sufrió tentaciones de acabar con su vida pero incluso en ese momento, encontró en el amor por su marido una razón para seguir viviendo.

Frida convirtió su adversidad en riqueza artística, dejando con sus pequeños pies una huella bien firme en la Historia del Arte.


Frida Khalo nació y murió en julio, un día como hoy de 1954. Mi pequeño homenaje consiste en recuperar este texto.
La música la pone la grandísima Chavela Vargas, tan cercana a Frida que no están claros los límites de su amistad. Ni falta que hace.

Sueña Dalí

Dalí a los seis años, cuando creía ser una niña, levantando la piel del agua para ver a un perro que duerme a la sombra del mar . Salvador Dalí, 1950

Dalí a los seis años, cuando creía ser una niña, levantando la piel del agua para ver a un perro que duerme a la sombra del mar . Salvador Dalí, 1950
Sueña Dalí en uno de esos cuadros que escapan directamente del mundo de los sueños. Sueña que es niña, porque niña quiso ser cuando de niño tenía seis años y soñaba ser cocinera. Sueña con su paisaje playero de rocas irreales, con su adorado Mar Mediterráneo y con un perro que robó de un cuadro de Velázquez, al que de vez en cuando deja dormitar en sus lienzos. Sueña con la luz irreal de un verano mágico de luminosidades cegadoras, con ese amarillo que sólo algunos pintores descubren en el mar, con el secreto submundo que el agua oculta. Soñó antes de que yo naciera, soñó cuando yo era niña y ahora yo sueño que escribo sobre el genio que se inventó a si mismo a partir de sus sueños, mientras él sueña ya eternamente.

Dalí, obsesionado por la oralidad, soñó que todo era susceptible de ser devorado y que comer siempre era morir un poco y aún así se abalanzó hambriento sobre las verduras mediterráneas con la misma voracidad que sobre el dinero, el sexo o el conocimiento. Soñó que construía casas de pan con muebles de chocolate y que los banqueros comían los cheques que se les daba y soñando que comía, llegó a la conclusión de que “la belleza será comestible o no será”.

Fue niño sin existencia propia, de nombres heredados del hermano muerto antes de su nacimiento, ni uno sólo de sus cuatro nombres, Salvador Domingo Felipe Jacinto, fue totalmente suyo, todos los compartió con aquel que nunca conoció salvo por una foto retocada que había en su casa y cuya personalidad trataba de imaginar en sus juegos infantiles, cuando simulaba el comportamiento que hubiese tenido el difunto ante las diferentes situaciones o cuando para poder dormir se imaginaba a si mismo muerto dentro de su ataúd.

Dalí conformó su vida a partir del material del que se crean los sueños. Consiguió sacar personajes irreales de su fantasía para darles una vida propia en un universo también irreal de óleo y lienzo y, lo que es más, a base de soñar que sería un genio, se dio forma a si mismo hasta llegar a serlo. Modeló cada uno de sus rasgos físicos y psíquicos hasta obtener una identidad original y única, convirtiéndose de esta manera en la primera escultura autocreada sin intervención de un escultor ajeno a la propia escultura.

Dalí, surrealista escultura humana, andaba por el mundo a falta de algo que descubrió cuando conoció a Gala, amante, modelo, amiga y musa que supo acunar al genio en sus pechos hasta hacerle aún más grande. Y Dalí, a cambio, levantó por segunda vez la piel del mar para enseñarle a su gran amor los secretos que la caracola, que siendo niño puso en su oído, le susurró, animándole a buscar el mundo que subyace más allá de lo que a simple vista se ve, tapado por un mar con esquinas, oculto como las alfombras ocultan las pelusas mal barridas.

Nada hay apenas novedoso que decir del genio que a alguien pueda sorprender, pues todo sobra cuando se nos vendió a sí mismo como el mejor de los comerciantes y, ni siquiera los más jóvenes, los que no pudieron verle en vida, se substraen a la estela que dejó tras su muerte.

Tal y como yo lo veo, el niño Dalí, que descubrió que tenía la identidad de su hermano y no una propia, tenía dos caminos posibles en su destino, el primero, volverse loco, porque si hay algo que el ser humano sabe íntimamente y ningún individuo de una tribu lejana a nuestra cultura, en la que todo parecemos olvidarlo, dudaría, es que sin un nombre propio se carece de identidad y por tanto no es posible vivir como un miembro pleno de la sociedad. El segundo, reinventarse a sí mismo, y eso hizo. Se inventó una existencia en la que sus excentricidades tuviesen cabida, una vida en la que conseguir ser adulto, permaneciendo al mismo tiempo en una infancia pervertida a base de ser sabia. Como un niño viejo ideó mundos no coartados por el consciente y dejó volar libres a su imaginación y sus sueños, sin cortapisas ni censuras, anegando sus pensamientos de una sexualidad extraña, de una más que reconocida avidez por el dinero, de su amor por Gala y de tantos y tantos símbolos que iniciar un listado sería para acabar muchas páginas después.

Dejemos al genio de bigotes engominados que sueñe por cientos de años más, que sueñe que es niño, que es adulto, que es muerte, que es guerrero en países llenos de animales imaginarios, que le devora la Muerte mientras él devora a Gala envuelta en chocolate, que juega con su hermano muerto a perseguir a un perro velazqueño, que se oculta a la sombra del mar, que es niña, que es cocinero, que es Napoleón, que planea cambios culturales con amigos poetas, que se adormece con el sol espeso del Mediterráneo, que estudia matemáticas, que imposta la voz, que le salen los dólares por las orejas, que tiene un castillo, que vuelve surrealista al pueblo de Cadaqués, que antes fue uno de tantos, que en las playas siempre hay un enigma oculto, que las caracolas cuentan leyendas del mar, que domina la técnica pictórica como los grandes maestros, que sueñe, en fin, que es, ha sido y será para siempre su gran creación, el propio Dalí.


Hace un millón de años, yo tenía una página en un periódico pequeñito y provinciano que me daba muchas alegrías, hablaba de muchas cosas, sobre todo de arte, o de temas de actualidad que relacionaba con el arte. Ahora he decidido recuperar algunos escritos de esa época en este blog y los iré colgando de vez en cuando. Espero que os gusten. Gracias por leerme.

Os dejo con la canción que le dedicó Mecano en un vídeo que he encontrado con imágenes de cuadros suyos.

jueves, 10 de julio de 2014

Aquellos maravillosos años, la pequeña Doctora Frankenstein y el misterio desvelado de los globos fugitivos

Fotograma de Up de Disney Pixar. Casa volando con globos
Imagen de Up de Disney Pixar
Hay acciones asociadas a objetos que son pura melancolía, como el globo de helio que se escapa de las manos de un niño dejando una infinita desolación en su cara.

Yo siempre me pregunté a dónde irían los globos fugitivos y qué aventuras les esperaban en ese viaje. Mientras los veía ascender, me imaginaba que sería maravilloso agarrarse fuerte a la cuerda y volar y verlo todo chiquitito desde lo alto y, con un poco de suerte y buenos vientos, llegar a lugares lejanos, incluso a las estrellas. Pensaba, en mi cabeza de diminuta científica, que el peso de un niño no podía ser tanto como para no poder volar si se utilizaba la cantidad adecuada de globos y maquinaba en secreto cómo conseguirlos. Obviamente, no pensaba en globos aerostáticos, pensaba en globos de helio, de los que podías obtener con cierta facilidad de unos padres generosos en un paseo por la feria. Los otros no estaba a mi alcance y, por tanto, no contaban en mis fantasías. Mis afanes científicos eran muy intensos pero poco válidos, y lo de volar no pasó más allá de atar algún insecto o pequeño juguete a un globo, de intentan planear la mejor manera y lugar para lanzar un paracaídas de plástico buscando que tuviese el mayor recorrido posible y de estudiar la aerodinámica de los aviones de papel en busca del modelo perfecto. He de decir que en esto último conseguí grandes avances. Mi interés por la Ciencia, así, en general y con mayúsculas, no decayó según iba creciendo, al contrario, siguió avanzando durante un tiempo que a mi se me hacía eterno y que en realidad era muy escaso, y llegó una época en la que me comportaba como una pequeña emuladora del Dr. Frankenstein o de Leonardo Da Vinci. A esto contribuyó mucho uno de los mejores regalos que recibí en mi vida, un fabuloso microscopio que abría infinitas posibilidades a mis investigaciones. Era tan completo que venía con multitud de frasquitos con productos químicos, probetas, pinzas, ¡bisturí!, vasos de medidas, plaquitas de cristal para poner los materiales a observar, materiales para examinar y, lo más alucinante y espeluznante de todo, una rana perfectamente conservada en un frasco. Era, incluso, mejor que el Quimicefa, uno de los mayores objetos de deseo del momento. Yo, que siempre fui una niña superdotada para la lectura y que había aprendido a leer mucho antes que el resto de los niños, ya tenía un amplio bagaje de lecturas en mi cerebrito que, por supuesto, había mezclado con mi poderosa imaginación, y creía fielmente en teorías antiguas como la de que la electricidad podía revivir a un cuerpo muerto. Ni que decir tiene que aquella rana enfrascada fue un estímulo enorme para mí y que me debatía entre el ansia por abrir el frasco y hacerle todo tipo de análisis y el deseo de conservar aquella maravilla intacta para siempre. La solución llegó en forma de encuentro casual con una rana muerta en la piscina. Era magnífico, ya no tenía que perturbar el eterno descanso de mi querida rana, tenía un ejemplar pidiendo a gritos ser manipulado. No recuerdo los resultados de los experimentos que tuvo que sufrir aquel cuerpo antes, pero si recuerdo los preparativos previos al gran proyecto. Conseguí una pila cuadrada para el tema de la electricidad, que era mucho más fácil que lo del rayo y la cometa, coloqué todos mis materiales ordenados sobre un banco de cemento, busqué en el garaje una tabla de madera del tamaño perfecto y, con unos clavitos finos, fijé la rana a la madera. No creáis que fue fácil el momento de clavarla, si conservo en mi cabeza la sensación es porque lo pasé mal y me impactó, pero en aquel momento era necesario. Ahora quizás no podría hacerlo, siento escalofríos solo de pensarlo, pero los niños están hechos de otra pasta y la curiosidad puede con todo. Lo importante es que, por un momento, se movió. Hasta aquí llega el recuerdo nítido, sé qué hubo disección posterior, ya que estábamos, era tontería desaprovechar el cuerpo de la rana, aunque no tengo claros los detalles, supongo que preferí borrarlos con el tiempo.

Este divagar por mis primeros años ha estado inspirado por el experimento que han realizado unos niños de una escuela inglesa, la Academia Giles, en Boston (Lincolnshire, Inglaterra), que con un globo de helio, un smartphone, un ordenador, un GPS y la ayuda de su profesor de ciencias, han desvelado aquel gran misterio de mi tierna infancia grabando el emocionante viaje del globo, que consiguió llegar al espacio y ver la curvatura de nuestro planeta antes de descender de nuevo a la Tierra ayudado por un paracaídas. Todo esto me da que pensar que tal vez el incontaminado y por tanto aún abierto cerebro infantil, capaz de creer en cosas que los científicos consideran tan evidentes que ignoran, tiene mucho que decir a la hora de enfocar los problemas científicos de forma distinta al viciado y rígido cerebro adulto. Si aún retenéis en vuestro interior algo del niño que fuisteis, conservadlo, quizás sea lo más valioso que poseéis.

He aquí el vídeo del increíble vuelo del globo explorador.


Yo leí la noticia en La Voz de Galicia, este es el enlace: Unos estudiantes graban el espacio con un móvil y un globo de helio

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viernes, 4 de julio de 2014

Si te gusta mirar el cielo, yo llevo galaxias en la falda

falda galaxias. Foto Mar Goizueta

Si te gusta mirar el cielo,
yo llevo galaxias en la falda
y una constelación por descubrir en la cadera.

Tengo un cometa por corazón,
la Luna orbitando en mi cabeza
y un asiento reservado en un anillo de Saturno.

Mil historias de luchas interplanetarias
guardadas en mi nave,
y el Universo en mis pupilas dilatadas
de falsa replicante.

Llevo una flor negra en mi mano,
recuerdos de un Santuario,
y el sonido en mi mente
                            de una computadora
cantando su muerte.

Atesoro seres de otros mundos
en un zoológico delirante,
y en los días solitarios
los saco a pasear
por planetas abandonados.

Tengo una máquina del tiempo
que sólo uso para ir al pasado,
y el miedo al futuro palpitando
en mis manos cobardes

Si te gusta mirar el cielo,
yo llevo galaxias en la falda,
y si me llevas a los bailes de Marte,
te enseño mi amor sin gravedad

* Fran Fernández convirtió el poema en canción durante una entrevista de radio, fue muy emocionante.Podéis ver el vídeo con la canción aquí: http://viviendoalotroladodelespejo.blogspot.com.es/2014/07/entrevista-Mar-Goizueta-Fran-Fernandez-cancion-inedita.html

Y para bailar...



jueves, 3 de julio de 2014

Suena la música, suenan los planetas, suenan las voces

Pitágoras. La armonía de las esferas

      Cuenta la leyenda que Pitágoras podía escuchar la silenciosa música que producen los planetas en su recorrido. Él fue el que definió el universo como un "cosmos" en el que los planetas al describir sus órbitas emitían unos sonidos o notas musicales que compondrían lo que denominó La Armonía de las Esferas. Tal y como él lo veía, el mundo en su totalidad estaba compuesto por números y la armonía sería la proporción entre las partes y el todo. Quizás su teoría de la música celestial sea más bella que exacta, pero que sus amadas matemáticas gobiernan el mundo de la Música y del Arte es una realidad.

      La NASA, con ayuda de las sondas espaciales Voyager-1 y 2 consiguió grabar los sonidos de los planetas del Sistema Solar. En el vacío no hay sonido, pero aquí os explican el proceso. A mi el resultado me impresiona mucho, me fascina escucharlo. Aquí debajo os pongo el ejemplo de Saturno, en el enlace, además de la explicación, tenéis el resto: https://sites.google.com/site/sinfoniadelosplanetas/


      Últimamente, algunas coincidencias me han hecho pensar en los sonidos y en la forma en que interactúan con los seres vivos. No puedo hablar de una forma científica sobre este tema porque ni tengo los conocimientos necesarios ni las ganas de investigar en este momento, aunque tarde o temprano la curiosidad me llevará a ello, por eso sólo hablo sobre mi propia forma de percibirlos y para mí, hay sonidos que además de escucharse, se sienten. ¿Habéis escuchado alguna vez un cuenco tibetano o cuenco cantor? Son cuencos hechos de forma artesanal con una aleación de siete metales, la plata, el oro, el mercurio, el estaño, el plomo, el cobre y el hierro y se tocan golpeándolos como una campana o recorriendo su superficie con una vara de madera pulida. Hace poco me reencontré con el mío y recordé la primera vez que escuché uno y lo maravillada que me quedé al notar su música vibrando dentro de mi cuerpo, fue algo casi místico. Si lo toca uno mismo es una sensación intensa, pero si es otra persona la que toca para ti y te puedes dejar llevar es una maravilla. Las ondas vibrantes de la música de los cuencos tibetanos se entremezclan de alguna manera con la carne, con la sangre, con el agua, con el cuerpo entero. La música se enreda en cada parte, hace dibujos en la piel, te cosquillea por dentro. Probadlo, es pura relajación.

      Si lo pensáis bien, tiene cierta lógica si tenemos en cuenta que las vibraciones de sonido forman patrones geométricos en un puñado de sal esparcido sobre una placa de metal que cambian según la frecuencia. Si tienen ese efecto en la sal ¿por qué no van a tener efecto en las personas? Mirad este vídeo, los dibujos que se forman con la vibración unen de forma preciosa y precisa matemáticas, armonía y música.


      No sólo pienso que la música afecta a los seres vivos, lo pienso también de las voces, que al fin y al cabo son otra forma de sonido, Para mí, son muy importantes, igual que me pasa con los olores, hasta el punto de que me inquieta terriblemente no recordar como habla una persona o su olor, algo que, por suerte, no suele ocurrirme mucho. Hay voces que me gustan simplemente por ser la voz de alguien a quien quiero, o por ser voces que están conmigo desde siempre y escucharlas es como estar en casa, otras me gustan porque su acento me lleva a lugares que amo, como ocurre con las voces gallegas, otras me reconfortan, otras me son atractivas como las voces masculinas profundas, otras me ponen nerviosa y me erizo como un gato al escucharlas, algunas, simplemente, no me gustan, otras me hipnotizan y luego están las voces de hombre que se me meten dentro, las que me dan la vuelta, las que me hacen vibrar, las que hablan directamente con mis entrañas. Esas son peligrosas, me revuelven los sentidos y, en los casos más graves, los sentimientos ¿Y qué ocurre si cumplen varias de las características que me gustan? ¿Y si además cantan? En ese caso, crean adicción y tentación y yo soy de la opinión de que las tentaciones están hechas para caer en ellas lo más rápidamente posible. A esta conclusión llegué porque mientras rondaba por mi cabeza lo que os contaba más arriba de los sonidos, me encontré con el dueño de una voz a la que en su momento no pude resistirme y que sigue siendo un placer escuchar. Más allá de lo que diga, más allá de lo que cante, más allá de las circunstancias, más allá del pasado, más allá del hombre, su voz sola, aislada de cualquier contexto, siempre me va a gustar. ¿Será que la voz es una estrategia de la Naturaleza para unir a las personas como lo son las feromonas? Yo creo que sí.

      Como remate una de mis voces perturbadoras preferidas, la de Luis Tosar, que además de buen actor, es cantante en Di Elas. Hay muchas más voces que se me hacen irresistibles, pero no daré nombres porque algunas son muy cercanas a mi y otras en la teoría de los Seis Grados de separación no llegarían ni al 1 y quién sabe quién puede llegar a leer estas palabras

miércoles, 25 de junio de 2014

Desde mi pequeña nave de hojalata

Fotograma de Gravity. Astronautas, espacio
Fotograma de Gravity

Recuerdo tu sonrisa escondida tras el polvo cósmico, tu voz viajando a la velocidad de la luz hasta mis oídos, tus deseos teletransportados, los secretos de tu viaje por la vida, tu doble cara misteriosa. Recuerdo también que en mitad de la tormenta de asteroides, extraviamos el rumbo, soltamos los amarres y nuestras naves se perdieron en órbitas distintas. Nos fuimos alejando: tu voz cada vez más tenue, las palabras más diluidas en ese todo que se iba convirtiendo en nada, tu imagen desdibujándose en la pantalla, volviéndose transparente, hasta que dejé de verte. Recuerdo bien el abismo entre nosotros creciendo con terrorífica celeridad, esa masa de negrura infinita que nos fue engullendo, el vacío, el silencio. También que justo antes de eso fuimos dioses, demiurgos, un Big Bang, y que de la nada en que flotábamos hicimos algo parecido a un amor extraño entre astronautas con trajes espaciales. Tal vez tenías razón y no es posible juntar mundos situados a años luz, pero yo nunca quise creerte. Tú habías olvidado que con voluntad se construyen futuros, que sin esa fórmula que une intención e ilusión nadie habría podido volar, y yo no supe recordártelo. Te dejé partir. Comprendí que hay cosas que debes entender por ti mismo. Yo me quedé en el espacio, orbitando en torno a una idea en mi pequeña nave de hojalata, ingrávida, navegando en un sueño sin fin. Tú volviste a la Tierra, aún no sabías volar, necesitabas la realidad como combustible, a mí me valía con darle cuerda a mi esperanza. Ahora que ha pasado algo de tiempo, lanzo este mensaje al espacio con las coordenadas del lugar donde habito, dejando en manos del destino el que lo captes, por si quieres volver a buscarme, por si ya te han crecido las alas.

La canción de hoy es "Perdidos" de Iván Ferreiro

 

Cuando las ventanas lloran una fuerza
me secuestrará
La noche cerrada cerca muy cerca de ti
Rueda la noche estrellada
sobre mi cabeza
Sácanos de aquí
Y si lo que no ha pasado ya no tiene
porqué pasar
Y si no es posible y no
nos vienen a buscar
Todo lo que yo intenté nada de lo que
decir
Nada es siempre nada y
nada lo contestará
Y si lo que no ha pasado
ya nunca vendrá
Solo se que alguna vez me sentí especial
Una y otra vez con una vuelta más de luz
Nunca más sin ti para ver volver
lo que prometí
Y si lo que no ha pasado ya no tiene
porqué pasar
Y si no es posible y no
nos vienen a buscar
Todo lo que yo intenté
nada de lo que decir
Nada es siempre nada y
nada lo contestará

lunes, 23 de junio de 2014

Hoy, como cada noche de San Juan...

Esta noche es la noche de San Juan, noche de brujas, noche pagana, céltica, mágica, histórica y ancestral. Noche en que el fuego quema lo malo y calienta los buenos deseos para que se hagan realidad.

Si yo pudiera, saldría a buscar la herba de namorar y luego viajaría en sueños para esconder una ramita en su bolsillo o bajo su almohada, pues de sobra es sabido que la namoreira no puede fallar. La pena es que es una planta lista y vive en mi Galicia querida, desafiando a la muerte escondida en acantilados llenos de magia con olor a mar, demasiado lejos de mí esta noche.

Hoguera, fuego, San Juan, San Xoan, chimenea

Mi madre se llamaba Juana y hasta que se fue siempre hicimos la hoguera de San Juan juntas, era nuestra tradición, nuestra noche mágica. Si yo llegaba tarde de celebrar, ella me esperaba y quemábamos y saltábamos sin importar la hora. Hoy será ella quien sople el fuego para reavivarlo si decae y saltará conmigo y con mi hermana, ligera como el aire, como lleva haciendo desde hace ya quince larguísimos años. Hoy, como cada noche de San Juan, mi hoguera será en su honor. Hoy, como cada noche de San Juan, tengo la cita más bonita, triste y feliz del año.



La canción de hoy es "San Juan" de Xoel López


#SanJuan #NocheDeSanJuan

jueves, 19 de junio de 2014

Strange days

Logo The Doors

Hay días extraños, días que fueron planeados de una manera que el Destino quiso esquivar. Y habrían sido igualmente extraños de haber seguido las directrices originales, aunque seguramente habrían sido de una extrañeza más feliz. Siempre quedará la duda. Lo que sí está claro es que la banda sonora de esta extrañeza corre a cargo de The Doors y que está madrugada huele a fiesta lejana, a confusión y un poco a soledad. 


THE DOORS - STRANGE DAYS
Strange days have found us 
Strange days have tracked us down 
They're going to destroy 
Our casual joys 
We shall go on playing 
Or find a new town 
Yeah! 
Strange eyes fill strange rooms 
Voices will signal their tired end 
The hostess is grinning 
Her guests sleep from sinning 
Hear me talk of sin 
And you know this is it 
Yeah! 
Strange days have found us 
And through their strange hours 
We linger alone 
Bodies confused 
Memories misused 
As we run from the day 
To a strange night of stone


martes, 17 de junio de 2014

Hormigas mordisqueando la razón.


Un perro andaluz de Buñuel y Dalí. Hormigas saliendo de una mano. Surrealismo
Un perro andaluz. Hormigas saliendo de la mano

Chocar de huesos en la ausencia,
lágrimas ciegas,
mentiras crujiendo entre los dientes
en equivocadas estrategias de seducción.

Hormigas mordisqueando la razón
ascendiendo en borbotones a los labios.

Un huevo estrujado entre las manos,
antiguo albergue de peces que nadan en el aire.

Quizás todo habría sido tan fácil
como reflejarse en el espejo de los ojos contrarios,
recipientes de cristal ocultando miedos gemelos,
terrores provenientes de un amor embrionario.

Romper a dentelladas las dificultades,
desgarrar la piel de la inseguridad,
permitir a los cuerpos flotar en sueños,
acariciarse rodeados de ingravidez,
ceder las responsabilidades al Destino
Vivir

Yo creo en el mundo de los sueños, me gusta pensar que es como otra dimensión de este mismo mundo, un lugar en el que lo que sucede está relacionado con nuestra vida en el mundo de la vigilia aunque tamizado por el filtro de las otras leyes que rigen allí. Dos partes de un mismo todo. Hace tiempo, un amigo escritor me habló de cómo el soñar con alguien cambiaba su percepción hacia esa persona al volverla a ver. Yo estoy de acuerdo, a mí me pasa lo mismo, pero a veces voy un poco más allá, los soñadores sabemos que hay algunos sueños que trascienden la realidad.

Afortunadamente, allá por los locos años 20, dos soñadores inundaban el mundo con su arte, eran Luis Buñuel y Salvador Dalí. En una ocasión, decidieron unir dos de sus sueños, en el de Dalí había hormigas saliendo de sus manos, en el de Buñuel, un ojo era seccionado por una navaja. De esos dos conceptos nació en 1929 Un perro andaluz, un corto con un guión escrito a medias por ambos genios y dirigido por Buñuel, que es el ejemplo más representativo del cine surrealista. No le busquéis explicación al título, fue elegido precisamente por no tener nada que ver con la historia.

Aquí tenéis Un perro andaluz completo



*Hoy hablo de sueños porque una parte de mi "poema despoemado" está basado en un sueño
#Dali #Buñuel #UnPerroAndaluz

martes, 10 de junio de 2014

Lista de deseos. Remando al viento con una jirafa en el salón

Jirafa en el palacio veneciano, escena de Remando al viento de Gonzalo Suárez
Escena de la película Remando al viento de Gonzalo Suárez 


Siempre quise tener, entre otras cosas:

Un sombrero de copa
Un ornitorrinco
Un caballete para pintar
Un mascarón de proa
Un armadillo
Una claqueta de cine
Un kiwi
Una silla de los años 60 con forma de huevo
Un platillo volante

Una capa roja con capucha
Un timón de barco
Un kimono japonés
Un libro descatalogado
Un vestido con corsé

Una caja para coleccionar nubes 
Una casa desde la que respirar el mar 
Un navegante de sueños
Una canción que hablase de mí 

Una jirafa paseando por el salón
Un hombre que entendiese mis deseos extraños

Algunos de estos deseos los conseguí, algunos aún los espero, algunos se mezclaron, algunos se multiplicaron, algunos se convirtieron en ironías de la vida.


* La fotografía es una captura de Remando al viento, una película que es pura poesía visual, una delicia, como no podía dejar de serlo una obra que une las apasionantes figuras de Lord ByronMary Shelley y Polidori con el director Gonzalo Suárez y la génesis de Frankenstein. Vedla.

lunes, 9 de junio de 2014

La sinrazón del Minotauro. Dora Maar y Pablo Picasso, pasión y locura


Pablo Picasso. Dora y el Minotauro. Dora Maar y Picasso protagonizan esta escena
Dora y el Minotauro. Pablo Picasso. 1936

LA SINRAZÓN DEL MINOTAURO

Entré en el laberinto inhóspito con una cuerda atada a la razón,
y al lamer la oscuridad, húmeda y aterradora,
rompí el hilo que me unía a la humanidad,
permitiendo que me devorase el Minotauro,
que era desenfreno y sinrazón,
para resucitar, animal y palpitante,
de entre las fauces del deseo.

La bella, independiente, inteligentísima y fascinante fotógrafa Dora Maar no podía imaginar que se convertiría en musa, deseo, alimento y víctima de aquel pintor de mirada intensa que conoció en París un día en el que, sentada en la mesa del mítico café Deux Magots, jugueteaba con una afilada navaja entre sus dedos. El artista, impresionado, le pidió que le regalase sus guantes manchados de sangre. Él era Pablo Picasso y justo ahí empezaba una intensa historia de amor, pasión desenfrenada y destrucción que llevaría a Dora a la locura.

Teseo en Creta. Los Mitos Griegos. Robert Graves. Ariadna. Minotauro
De Los Mitos griegos de Robert Graves
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#Picasso #Minotauro #RobertGraves #DoraMaar

sábado, 7 de junio de 2014

El futuro de El Principito, la importancia de la rosa y otros misterios que Carmen Moreno desvela en Principito debe morir

Fragmento de Principito debe morir de Carmen Moreno. Literatura ciencia ficción.

Siempre he pensado que El Principito de Antoine de Saint-Exupéry es un libro que esconde mucha sabiduría entre sus frases. En mi opinión, es uno de esas lecturas que equivocadamente se aconsejan a los niños cuando su lectura es más bien un placer para adultos que no han abandonado al niño que tienen dentro. Y es que los niños conservan la capacidad de comprender cosas que para la mayoría de los adultos se vuelven incomprensibles con la edad. Por suerte, algunos permanecemos ajenos al terrible vicio de madurar. Ese es, leed con atención, el mejor antídoto contra la vejez, cuando perdáis la curiosidad de los niños, la capacidad de jugar, os marchitaréis. Carmen Moreno es otra outsider de la madurez y tiene un superpoder, el de escribir maravillosamente. No sólo es una de las poetas más brillantes que tenemos ahora mismo, con sus últimos relatos y con esta incursión en el mundo de la Ciencia Ficción demuestra que es también una de las mejores creadoras de historias.

No os voy a contar mucho de Principito debe morir, creo que la foto es suficiente para incitaros a leerlo y no quiero revelar nada que quite la emoción de devorar la historia página a página, pero os adelantaré, para los amantes del género y de Exupéry, que la madre de Principito se llama Sara Connor, que hay monos evolucionados y personajes con nombres tan sugerentes como Cornelius o Suxpéry ¿Verdad que ahora os corroe la curiosidad? Pues estáis de suerte porque estos días Principito debe morir está viajando por distintas ciudades, mañana podréis encontrarlo, a él y a su autora, en la Feria del Libro de Madrid y hoy en la Fiesta presentación "Principito debe morir" donde la acompañaremos algunos amigos sobre el escenario y mucha más gente entre el público, donde espero veros.

*Actualizo este post  (octubre 2015) para deciros que ya podéis encontrar en su versión digital en Amazon. Este es el enlace: Principito debe morir en ebook

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#ElPrincipito

jueves, 5 de junio de 2014

Nada ni nadie está a salvo en los tiempos de la inquietud

Corriente de agua en Ezaro, A Coruña, Costa da Morte, Río Xallas

Se me ha olvidado dormir. No es raro, me ocurre a menudo que me olvido de cómo se hace. Me acuesto, leo un rato, apago la luz y lo intento. Nada. Vuelvo a encender la luz, leo durante horas, apago la luz y al no dar con la clave que desconecta el cerebro, dejo que la mente fluya. En ese fluir surgen ideas, sueños despiertos, diálogos internos y se reactivan los recuerdos. Entonces llega la nostalgia, que a veces es buena porque me hace recordar quien fui, las raíces de lo que soy, pero otras veces es demoledora. En esos momentos, pienso que me he olvidado de mi misma, que ya no hago muchas de las cosas que me gustan, esas en las que me reconozco, que hace mucho que no veo la mayoría de mis películas y series fetiche, las que siempre han estado ahí, las que de verdad me llegan, las que casi nunca ponen en la TV y por ello no veo en un descuidado cambiar de canales, que si no pongo los DVDs no las veré de casualidad. Y caigo en la cuenta de que no voy a todas las exposiciones que me gustaría, que no devoro el Arte como hacía antes, que olvidé mi corazón de prehistoriadora, que casi nunca saco tiempo para crear cosas con mis manos, que tengo olvidadas mis maderas, mis lanas, mis papeles, mis pinturas y hasta los cuadernos. Quedan los libros, a ellos no los abandono nunca, los leo de vez en cuando, enteros o por fragmentos, siempre están ahí. Y el capturar mi forma de ver el mundo en fotos que no sé hacer bien pero que adoro. Ellos me salvan de ahogarme del todo. En ese fluir de pensamientos, me doy cuenta también de que además del sueño he perdido la inspiración y no la encuentro por más que me recorro por dentro y me entran unas ganas terribles de huir, de perderme por la playa o por el campo con un trozo de madera, una cuchilla y un cuaderno y tallar y escribir y pensar, buscar la soledad para divagar y el hacer cosas con las manos para concentrarme. Con esos pensamientos me despierto aún más, pero trato de sacar provecho del insomnio y escribo un rato y me digo a mí misma que no importa, que siempre he sido nocturna y que ya dormiré cuando sea. Con el paso de los días, pierdo la coherencia. Es cierto lo que cuentan, el cerebro no funciona igual de bien cuando no descansa. Pero todo llega a su fin y, de repente, una noche recuerdo como se hace, toco el resorte del sueño y consigo dormir. Nunca demasiadas horas ni demasiado bien, lo suficiente para disfrutar de la bendición que es soñar. Y es que yo cuando sueño lo hago con mucha intensidad y se produce un cataclismo que remueve todo. Y al despertar quiero cambios, todo tipo de cambios, me doy cuenta de que nada ni nadie está a salvo en los tiempos de la inquietud, se me revuelven las aguas y durante unos días mi cerebro es un bullir de caos creativo, de frenético y enfermizo caos que me hace olvidar que al cabo de un tiempo todo se volverá a repetir, que retornará el aburrimiento, que volveré a perder la ilusión, que se irá el sueño y los sueños con él.

Y como final, un fragmento de Los Sueños de Akira Kurosawa: No está subtitulado, pero la belleza está sobre todo en las imágenes. Si no la habéis visto, tenéis que hacerlo. Es una de las mejores películas de la Historia del cine


#Sueños #AkiraKurosawa

domingo, 1 de junio de 2014

De repente, sin itinerario, como un impulso eléctrico, como la palabra precisa, la sonrisa perfecta o la chispa adecuada

Carmelo Gómez, Enma Suárez y Nancho Novo en La Ardilla Roja

Existen momentos que marcan vidas. De repente, alguien se cruza en tu historia o te mira de una forma especial y te vuelve del revés. Los planetas se detienen, silencian su música y el mundo entero cambia. Son unos segundos, pero son para siempre.

He estado pensando en esos detalles precisos en los que cambiamos la percepción que teníamos de alguien o creamos un “nuestro” donde antes no había nada, esos momentos que hacen única nuestra relación con otra persona. Hablo del instante en el que empezamos a ver a alguien de forma diferente. Pensadlo, ¿Podéis recordar la sonrisa concreta que hizo que vuestro corazón diese un vuelco? ¿Esa palabra dicha en el momento justo que lo cambió todo? ¿Quizás esa mirada que os dejó sin habla? ¿Ese segundo en que empezasteis a ver a un amigo de otra forma? ¿La primera conversación? En el mundo del otro lado del espejo tenemos la teoría de que los amores que de verdad marcan, sean consumados o no, son los que podemos retrotraer hasta ese momento en el que nuestro cerebro colapsó por culpa de esa otra persona, mucho más si fue un momento compartido, pero no es imprescindible. En otros tipos de relaciones interpersonales ocurre algo muy similar, en el fondo es un detectar corrientes de atracción, de simpatía o de afinidad, pero la teoría es más precisa si hablamos de amor, no pidáis números ni cantidades, hay cosas que no se pueden ni se deben medir, lo que sí sabemos los habitantes del espejo es que si el reconocimiento es compartido, las endorfinas hacen una fiesta y se anudan hilos invisibles entre los individuos implicados que casi nunca se rompen, se estiran cuanto sea necesario si se alejan, pero siempre suelen permanecer.

¿Empezáis ya a recordar algún momento de vuestra vida en el que hayáis sentido algo así? Momentos como girar la cabeza para mirar con disimulo a esa persona de la que tanto has oído hablar, encontrar una sonrisa capaz de derretir piedras preparada solo para ti y notar que en ese momento se tiende un hilo entre ambos que impide que os separéis en la multitud. Aparecer un hombre que nunca has visto y sentir un cierto desasosiego, una inquietud , un darse cuenta de todo lo que no es perfecto y al segundo ver que todas esas mismas cosas se vuelven perfectas de repente con una mirada, sentir entonces el hilo anudándose en tus pupilas que para siempre van a querer bucear en las suyas. Que un día cualquiera, al contacto de la mano de un amigo o con un entretenerse los ojos sientas una corriente eléctrica, te tiemblen las piernas y se desaten los nudos de la amistad para atarse los del deseo. Una palabra precisa en un camerino lleno de gente, una canción cantada para una sola persona que ata más que una cuerda. Un comentario escrito que se transforma en el hilo que hace bailar una peonza hecha de mil cosas acumuladas en el tiempo y que de ese girar loco surja otra forma de sentirse. Un cruzarse de repente con alguien absolutamente inesperado y que te mire, te sonría y te salude y luego te mire a escondidas y te sonría mucho más si le descubres y notar como se forma un nudo en una parte escondida del cerebro donde bailan juntos la alegría y un toquecito de vanidad. Un comunicarse sin voz con un artista desconocido con el que no compartes idioma y atar nudos con pinceles y risas. Se podría poner mil ejemplos más, reales e inventados, pero a estas alturas ya deberíais saber bien de qué hablamos. Actualmente, estamos trabajando en la comprobación de si los hilos se crean en el instante preciso o si preexisten esperando la conexión que los ate. También investigamos si a veces funcionan dentro de los sueños, creemos que sí, pero aún está por ver.

 Pensad en vuestros hilos, es casi seguro que los tenéis, está demostrado que algunas de las leyes que ordenan el mundo del espejo pueden exportarse al mundo normal, es posible (y probable) que esta sea una de ellas, aquí, donde vuestra realidad es extraña, nunca estamos seguros de nada.

Si habéis visto "La Ardilla Roja" de Julio Medem, entenderéis esta escena y el motivo de que os la ponga para ilustrar este texto. Lamento la calidad del vídeo, no lo encontré mejor


Y como banda sonora, no se me ocurre nada más perfecto que "Eléctrico" de Supersubmarina

"...Algo giró en mi barriga, 
la fricción me provocó.
Algo que no podré explicar, 
algo parecido a una descarga, 
algo parecido a un huracán...

...Como un impulso eléctrico, eléctrico, eléctrico...

...Porque me temblaron las entrañas...."


Pd: El título del post, como muchos habréis notado, es una unión alocada de palabras geniales de Iván Ferreiro, Silvio Rodríguez, Bunbury y Supersubmarina. A veces las mezclas imposibles saben bien.

Pd2: El día después de escribir esto, vi que alguien compartió esto en Facebook: http://elacorazado.com.mx/la-leyenda-del-hilo-rojo/. Desde entonces me siento menos loca
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