¿Queréis saber qué es el miedo? Yo os lo voy a explicar. El miedo es una sensación de angustia densa, un retorcerse el estómago, una presión perversa en un punto exacto del pecho que nos hace enloquecer. Es un erizarse la piel, un secarse la garganta y un aguzar el oído. Es un latido desbocado del corazón y un querer salir corriendo sin saber en qué dirección hacerlo. Es el caos en la mente y la tensión en los músculos. Es un estado sublimado de atención.
Yo no podía imaginarlo, pero mi miedo me esperaba en medio de una noche oscura sin luna en una carretera secundaria que no parecía ir a ninguna parte, e hizo su aparición, por sorpresa, en el momento justo en que se pinchó una rueda de mi coche y tuve que detener el motor. Fue una repentina y muy perturbadora sensación que nació como un soplo helado y creció hasta el infinito al bajar del coche para comprobar los daños. Entonces empecé a sentirme perdida, desolada.
Logré calmarme un poco y empecé a escuchar el ruido de animales grandes hozando cerca de las cunetas de la carretera. Era un sonido conocido y salvaje que no conseguía ocultar la música que componían el susurro del viento helado de invierno en las hojas de los chopos y el siseo, como de serpiente, de la corriente del río que bordeaba esos mismos árboles, una canción llena de belleza que habría disfrutado de no tener tantas cosas por las que preocuparme.
Al pensar en mi situación, surgió otro miedo más, el de esperar en aquella noche hermosa, cerrada y llena de misterio, la más que probable llegada de la Guardia Civil, con sus potentes focos de luz capaces de volver la noche día.
Llamé al seguro y un nuevo miedo se unió a la fiesta de mi desazón al comprobar que el empleado de la grúa que vino a arreglar el pinchazo era un gigante de dos metros de altura armado con una inmensa llave para desmontar ruedas. Y yo, tan cerca de aquel hombre enorme, apenas podía respirar de pura inquietud.
Observé, sobrecogida, como, sin preguntar, sacaba una linterna y abría el maletero para buscar la rueda de repuesto. Fue cuando se apoderó de mí el terror más intenso, un pánico que sentí como un golpe que duró un segundo infinito concentrado en apenas el tiempo de un parpadeo, en el que vi a cámara lenta como abría el portón e iluminaba el interior. El mundo no volvió a moverse a velocidad normal hasta que pude comprobar, con alivio, que no había goteado fuera de la bolsa de basura, cuidadosamente cerrada, la sangre del cazador que tuve que matar esa misma mañana en el campo, harta de sus bravuconadas de asesino de animales, el mismo que yacía en la cuneta a la que no me quedó más remedio que arrojarlo cuando tuve que parar el coche, y que con su olor a carne fresca estaba atrayendo a las alimañas del bosque, que escuchaba acercarse ávidas, ansiosas de comerse mi cena en una preciosa jugada circular del destino.
Impresionante Mar. Me ha encantado. Recuerdo en 2010, carretera secundaria León Asturias, atropellé un corzo. Si hubiera sido un desalmado que caza por placer........hubiera hecho lo mismo. Me ha encantado el giro final. Bienvenida a El Círculo de Escritores y un abrazo
ResponderEliminarHola, Ana Lía, gracias por la bienvenida, encantadísima de formar parte de un grupo tan interesante.
EliminarEl momento que me cuentas tuvo que ser aterrador, mi historia también tiene parte de real ;-)
Abrazos
Saludos, interesante tu relato y tremendo el final, sin duda "una jugada circular del destino", aunque no sé si preciosa. Éxitos!
ResponderEliminarHola Mery, me alegro de que te haya gustado mi cuento. "Preciosa" desde el punto de vista de la protagonista ;-)
EliminarNos leemos. Abrazos :)
Hola Mar,
ResponderEliminarMe gustaría conceder una mención a tu blog, me encantan tus historias y como las explicas.
Espero que lo aceptes.
Puedes recogerlo en el siguiente enlace:
http://enrededandoconlasletras.blogspot.com.es/2015/01/one-lovely-blog-award.html
Un saludo muy cordial
Conxita
Hola Conxita, muchísimas gracias por tus palabras hacia mi blog y por la nominación, me ha hecho mucha ilusión. Intentaré sacar un ratito pronto para hacer todos los requisitos, pero no prometo nada porque ando un poco liada estos días ¿Me perdonarás si al final se me olvida? Intentaré que no ocurra pero confieso que soy un poco caótica... ains.
EliminarUn abrazo y nos seguimos leyendo :)