Salgo a gritarle al viento lupino y feroz que no sople sobre mi hogar su aliento destructor. Él se enamora de mi pelo y juega a darle vida, a moldearlo simulando sus ondas mientras yo intento fotografiar la distorsión producida por su fuerza en la superficie del agua, el baile sinuoso, continuo y por momentos violento que su música provoca en el alma danzarina de los pinos. Ahí vive la Poesía, hermosa y descarnada como la propia Naturaleza.
Foto: "Pandora y los niños". Senda 3. Santillana (Uno de mis tesoros favoritos)
Precioso Mar!
ResponderEliminarGracias Edgar, un honor viniendo de alguien que escribe tan bien :)
EliminarAlgún día tendrás que contarnos como atrapas la Poesía que trae ese viento y consigues compartirla por estos lares.
ResponderEliminarPor cierto, me acuerdo de Pandora y de Senda... :) (vaya tesoros atesoras)
Qué precioso comentario, misterioso Niuqech. Muchas gracias :)
EliminarLa ilustración del libro que muestras me suena tremendamente familiar... qué recuerdos de niñez me trae!
ResponderEliminarPreciosos y con luz propia tus versos, me encantaron :)
Un abrazo, Mar!!
Gracias Julia! El libro lo tengo guardado como uno de mis tesoros, recuerdo lo mucho que me gustaba de pequeña ;-)
EliminarUn abrazo fuerte
Simplemente precioso. Un saludo
ResponderEliminarGracias Yolanda :)
EliminarUn abrazo y bienvenida a mi mundo del otro lado del espejo
El arbol estira sus ramas..
ResponderEliminarEste comentario parece más bien del siguiente relato ;-)
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