Cabeza
de mujer llorando con pañuelo
Pablo
Picasso (1937)
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Cuando la luz aclare todo a mi alrededor, cuando de las sombras no quede sino el mero recuerdo de lo que fueron, cuando mi alma logre disipar los últimos restos del miedo, entonces lloraré.
No quise llorar antes porque sé que el dolor se alimenta de las lágrimas que como un pesado telón nos aíslan de la felicidad.
Lloraré cuando las lágrimas broten cristalinas de los manantiales de mis ojos limpios y su pureza refleje con mil brillos la alegría del Sol. Entonces dejaré que fluyan alegres, risueñas, arrastrando con ellas cada partícula de tristeza, erosionando con la fuerza de un torrente cada recuerdo amargo para convertirlos en suave lecho acuático en el que flotarán los sueños nuevos, limpios presagios de un futuro feliz.
Mientras tanto, escribo aferrada al brocal del abismático pozo de la locura, sintiendo que la atracción del vacío se apodera de mi.
Escucho el murmullo de los engranajes de la pasión entonando para mí un canto de perdición y tengo miedo.
De nuevo me acecha el llanto, pero no le permitiré que me posea. No quiero lágrimas amargas.
A ratos pienso que quizás nunca más lloraré si dejo que el espíritu de la sinrazón me atraiga con su hipnótica dulzura.
Y si llegado el momento quiero llorar y no puedo, gritaré para que alguien devuelva el agua a mis secos ojos.
La canción de hoy es "En Círculos" de Luis Ramiro, tan llena de lágrimas como de fantasía, de ella ha salido el título de este post
...Y llorar y llorar
llenando el fondo del mar
y dejar que el mundo gire
volar en círculos
habrá que engañar al vértigo.
Ya encontré el lugar
vamos a viajar
a lomos de un dragón
tu mete en tu mochila el sol
un viento gris un corazón
un par de mantas y un colchón...
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