Se deslizó suavemente dentro del sueño del hombre, perdiendo consistencia al atravesar la barrera. "Qué pena", dijo, agarrándole los testículos con fuerza. "Te mostré la pasión de los monstruos, deseché premoniciones confiando en que tu libre albedrío me fuese favorable y lo estropeaste ansiando amores mediocres". Con la otra mano, arrancó su corazón y lo mordió como a una manzana roja. Él se retorció en la cama. Acercó la boca a sus genitales. El aullido traspasó mundos. Despertó mirando su entrepierna intacta. Ella observaba con mirada de gata y un hilillo de sangre decorando la comisura de su sonrisa desquiciada.
*Microrrelato creado para el "concurso de microcuentos Microterror II" de El Círculo de Escritores. De vez en cuando, es divertido imaginar con pautas, es algo así como hacer un pasatiempo.
*Segundo puesto en el concurso. Feliz.
*Segundo puesto en el concurso. Feliz.
Brutal, Mar. Se intuye merecido el ataque despiadado y macabro de ese pesadillesco monstruo. La realidad se augura igual de atroz. Genial.
ResponderEliminarAbrazo grande, amiga! ;)
¡Mil gracias Edgar!
EliminarCon los monstruos no se juega... y menos en cosas pasionales, que no se saben controlar ;-)
Abrazos, amigo
Me encantó Mar! Tengo que aprender a ser una gata mala. jajaja, esa gotilla de sangre final con con esa sonrisa.....me enamoré de tu micro. Abrazo
ResponderEliminarYo te enseño, muajajá (risa maligna)
EliminarGracias por pasearte por mi mundo y por el comentario.
Abrazos